FORTALEZAS
Es a hora de las fortalezas. Tras haber puesto mucho énfasis
en las áreas de mejora durante años, la gestión de las empresas y el liderazgo han
de apoyarse en las fortalezas individuales y de equipo.
Una fortaleza es aquello que nos da energía para afrontar
las dificultades, nos diferencia y,
además, se puede desarrollar. Es más que una habilidad, porque incluye una
actitud vital para abordar los desafíos.
Sin embargo, no estamos acostumbrados a hablar de ellas.
Nuestra educación se ha focalizado en lo que no sabíamos e incluso, cuando
recibimos un reconocimiento podemos sentir vergüenza. Y todo este
comportamiento lo hemos aplicado también a la empresa.
Tenemos la tendencia a identificar las áreas de mejora a una
velocidad de vértigo. De ahí, analizamos los errores, identificamos las causas
y definimos planes de acción. Dicha actitud es necesaria pero, sin embargo,
para abordad los cambios no es suficiente, ya que nos dejamos nuestro potencial
por el camino.
El enfoque de las fortalezas requiere cambiar el chip:
significa descubrir que es lo mejor qué existe en una organización o en una
persona, imaginarse como seria el futuro si dichas fortalezas se desarrollaran
aun mas, y desde ahí construir iniciativas
de innovación para alcanzarlo.
Como lo resume David Cooperrider, una organización no es un
problema a solucionar sino un libro que está por escribir. Todo ello tiene una
repercusión importante a la hora de abordar los cambios. Un líder ilusiona con
una visión y con emociones positivas, no recordando continuamente las áreas de
mejora que todos tenemos. Implica tener una mirada mas apreciativa hacia lo que
se hace y se tiene, porque solo de ahí
se puede impulsar la creatividad, innovar y superar esta erosión emocional que
tanto estamos sufriendo de hace ya años.
EN UNA ÉPOCA DE CRISIS NO PODEMOS SEGUIR DEBILITÁNDONOS AUN
MAS CON AQUELLO QUE NO SABEMOS HACER.
Cuando se trabaja sobre fortalezas en el desarrollo directivo
se alcanzan además cambios interesantes, como ha demostrado Jack Zenger después
de estudiar a 24.657 directivos y mandos medio. A lo largo de un año de
trabajo, aquellos que pusieron el foco en sus fortalezas en vez de en sus áreas
de mejora consiguieron duplicar el rendimiento en la satisfacción de sus
empleados, mejoraron el ambiente de trabajo y también los resultados del
negocio.
En definitiva, ya sabemos que hacemos lo mimo,
llegaremos al mimo punto. Por ello, en una época de crisis no podemos seguir
debilitándonos aun más con aquello que no sabemos hacer. Pongamos una mirada más
apreciativa y amable hacia la organización y hacia nosotros mismos para
desarrollar nuestros puntos fuertes y lograr de ese modo innovación excelencia
en el desempeño.
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