miércoles, 12 de mayo de 2010

EL ZEN EN LA EMPRESA


Este artículo me lo ha inspirado un mail de Natalia a la que desde aquí se lo agradezco, he pasado el corrector al articulo en su honor.
“El que no sabe a qué cosas atender y de cuales hacer caso omiso, atiende a lo que no tiene importancia y hace caso omiso de lo esencial”
Siddharta Gautama
Con su combinación de calma y pensamiento lateral, la filosofía Zen puede mejorar mucho el funcionamiento de una empresa y, en particular, las relaciones personales que tiene lugar en ella.
En las empresas surgen diariamente problemas que exigen un grado de sentido común, nada común en realidad.
El Zen es especialmente eficaz a la hora de romper visiones rígidas (por muy cómodas que puedan resultar)
Hace tiempo Descartes dijo: Pienso luego existo. Aquí es donde empieza la filosofía. Pero que sucede si no estás pensando? Aquí es donde empieza la práctica del Zen.
Hay una Historia que explica esto muy bien llego un erudito a un maestro Zen y le dijo quiero que me enseñe sus conocimientos, muy bien dijo este, pero antes tomemos un té, comenzó a servir te en la taza del invitado, la lleno reboso y empezó a verterse al suelo, el invitado dijo pare no ve que está llena, el maestro Zen le dijo: así está tu mente, hasta que no la vacíes no podre enseñarte nada.

Uno de los principales problemas que merman la eficacia de las empresa es la dificultad que tiene algunos ejecutivos para centrase en el aquí y el ahora
La incapacidad para tomar el pulso a la empresa al momento hace que los directivos consuman horas preciosas organizando y reorganizando la agenda, gestando directrices, reuniones interminables para definir sistemas y objetivos.

Ante todo esto el Zen se pregunta. No sería mas efectivo analizar y especular menos y empezar a remar con más energía?

A menudo se habla de las horas perdidas por los trabajadores, las cuales restan productividad a la empresa. Es cierto si observamos la jornada laboral, el trabajo de 8 horas no suele abarcar más de 4 horas útiles.
El tiempo se pierde en:
• Conversaciones privadas
• Llamadas telefónicas a familiares o amigos
• Gestiones personales
• Envió y respuesta a mails ajenos a la empresa
• Consulta de webs
• Pausas para tomar cafe y/o fumar etc etc
Sin embargo que decir de los directivos además hay que sumar largas reuniones y complicadísimas agendas en las cuales pasando un tema a otro con facilidad , frivolidad y falta de preparación

No hay una manera mejor de organizar el trabajo’ Si los empleados tuvieran la disciplina de los monjes Zen, que cuando meditan, meditan, cuando comen, solo comen, cuando trabajan , solo trabajan, ocho horas serian mucho mas que suficientes.

Probar algún día a sentaros en un banco y no hacer nada mas que estar sentados, disfrutar del sol el viento, el paisaje , la tranquilidad solo pensar en las sensaciones del momento te llena de paz y te relaja y predispone de manera
increíble.
Yo como muchas veces solo , normalmente con el "marca", leyendo, contestando mail, hablando por teléfono, de vez en cuando me acuerdo, apago el móvil, guardo el periódico y maravilla disfruto de la comida, de los sabores de masticar, probar es un placer mas grande de lo que imagináis.

En la práctica se ha comprobado que las horas extra no suelen funcionar, si se acostumbra a una jornada de 10 horas, el trabajo instintivamente se ralentiza, ya que “tenemos más tiempo “para realizarlo
Al final una empresa y sus empleados no viven de las horas de trabajo consumidas, sino del trabajo realizado. Asumir esto es un primer paso para centrase en el momento presente y disparar la eficacia.

Hay alguna manera Zen o no de impedir que surjan dificultades aquí y allá como minas en nuestro camino?
La respuesta es NO
Sin embargo, lo que si depende de nosotros es la forma de afrontar los problemas y todo lo que aprendemos de ellos.
La verdad es que en situaciones complejas y manteniendo la calma nuestras habilidades se disparan y muchas veces llega la solución mágica.
Cada crisis es una oportunidad de engrasar las herramientas y subir el listón de lo que somos capaces de hacer

No puedes guiar a nadie, más lejos de lo que tú mismo hayas llegado

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