lunes, 15 de enero de 2018

JEFES TÓXICOS

Realmente intimidan cuando interactúan en su “hábitat” (su territorio). Desde ahí lanzan gritos, insultos, órdenes confusas, sin respeto por nadie, son temidos y empedernidos.


Para saber cómo reconocer los síntomas de que eres un jefe malo y, por lo tanto, el problema que carga la empresa y frena su desarrollo, te presentamos estos signos y esperamos te sirva la posible solución. 

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¿Crees que todo el mundo es estúpido?

Podrás creer que pudiste cometer errores en las contrataciones, cosa que hasta a los expertos les sucede, y pensar que todo el mundo es estúpido. Si tus empleados malinterpretan tus órdenes constantemente, es probable que no todos sean estúpidos, sino que alguien no está dando correctamente las órdenes.

Solución: Necesitas ayuda para comunicarte mejor. A veces, y si las posibilidades lo permite, esto significa contratar a un asistente para que interprete lo que quieres decir, pero estas personas son difíciles de encontrar. Otra opción podría ser contratar a un coach ejecutivo que se centre en las habilidades de comunicación. Una última opción sería decidir acudir a una escuela de negocios para aprender diferentes formas de gestionar al personal.

¿Tienes alta rotación?

Realmente tienes que evaluar el costo que te genera estar contratando constantemente cuando tienes alta rotación en tu personal. Quizás le tengas que echar un vistazo a tus prácticas internas: no promueves a los empleados destacados. No has ofrecido un aumento de sueldo en años o limitas el aumento a lo correspondiente con la inflación. Respondes a la retroalimentación de manera negativa cuando alguien es portador de malas noticias. No recompensas a los empleados con alto rendimiento.

Solución: Tienes que tratar a tus empleados como miembros valiosos del equipo y no sólo como personas que te deben las gracias por la eternidad por sus puestos de trabajo que les ofreciste. Si generas un ambiente armónico, toda la naturaleza de tu empresa va a cambiar.

Anónimos

Si dejan comentarios groseros y de forma anónima en las oficinas y/o Internet, ¿tratarás de que los responsables reciban su castigo? Estás muy equivocado.

Solución: Una persona que genera respeto quizá lo es porque no actúa de manera déspota con sus empleados. Tienes que empezar a cambiar esta actitud. Puedes iniciar encontrando cinco características positivas de cada una de las personas que colaboran contigo. Podrías realizar comentarios anónimos con éstas o mejoraría si fuera de manera personal y público. Poco a poco encontrarás un cambio de actitud en la gente.

Mala reputación

Puede suceder que te hayas llegado a pelear con algún empleado porque no consiguió al cliente, pero descubres que no lo obtuvo porque los clientes no quieren hacer negocios con “gente como tú”. Puede llegar a pasar que tienes un elevado precio de la oficina que rentas, porque la empresa inmobiliaria tiene prejuicios contra cualquier grupo con el que te identificas. Siempre hay algo y el común denominador parece ser el mal jefe.

Solución: No tienes por qué enojarte todo el tiempo. No puedes culpar a todos de todos los problemas. El problema eres tú y debes empezar a considerar otro modelo de gestión interna para solucionar esta falla enorme en la empresa.

Utilizas el miedo a tu favor

Alzas la voz para demasiado para que la gente te escuche. Y no te basta con una ocasión en el día, esta situación puede ser el cuento de nunca acabar. Realmente esto no es divertido, más bien es un síntoma de un mal liderazgo. Si necesitas ser intimidante para que los empleados te escuchen, quizás algún día no te entiendan y se confundan cuando quieras ser amable con ellos.


Solución: reúne a tu personal y pide disculpas por todos los gritos que has estado haciendo. Diles que es un mal hábito y vas a detenerlo. Cada vez que levantes la voz tendrás que poner $5 dólares en una jarra. Al final del mes, el personal puede tener una fiesta con los fondos. Pero a cambio de tu falta de gritos, di a tu personal que espera que se vea reflejado en su rendimiento en la empresa.

miércoles, 10 de enero de 2018

VOLUMEN DE OFERTAS DE EMPLEO GRACIAS AL AREA COMERCIAL

El área comercial ha generado un importante volumen de ofertas de empleo en los últimos años, debido a la necesidad de las empresas de vender lo que producen para superar la crisis. Aunque puede parecer una profesión sencilla que cualquiera puede llevar a cabo, requiere una preparación y ciertas habilidades, pues se trata de un empleo emocionalmente muy duro.

"Es fácil caer en la frustración y en el desánimo". "El trabajo de comercial es, seguramente, uno de los menos agradecidos y en los que es fácil caer en el desánimo, cuando día tras día la venta no llega".
Para tratar de evitar el desánimo, os ofrezco una serie de consejos que permiten controlar los pensamientos negativos durante el ejercicio de la actividad comercial:
1.      Variables controlables
La obsesión del comercial es, sin duda, los resultados. Se mueven por números y por objetivos. Por eso recomiendo centrarse en las variables controlables y no en las que no se puede controlar. "No se puede controlar vender pero sí realizar 100 llamadas de concertación en un día o sí se puede controlar el realizar bien todas las etapas de la venta y no obsesionarse tanto con la venta final".
2.      El mundo no es justo
El comercial debe ser consciente de que, en muchas ocasiones, aunque realice bien su trabajo, no logra que salgan bien las cosas. "El mundo no es nada justo, esta es una mentira muy extendida. Si algo se hace bien no por ello se merece el éxito". "Por eso, el profesional de la venta debe quitarse este peso de sus hombros y ser realista: el mundo no es justo, y no por ello hay que caer en la negatividad".
3.      Actitud de servicio
La venta es un servicio al otro, un aspecto que no se debe olvidar. Se trabaja para que la otra persona disponga de un servicio que va a satisfacer su demanda. "Hay que trabajar la actitud de servicio. El hecho de querer lo mejor para el interlocutor y que de por sí ya sea motivante, el poder satisfacer necesidades del otro".
4.      Control mental
No hay que dejarse dominar por la mente cuando las cosas no van bien. En este sentido, es clave practicar el control mental, "cuando las cosas no salen como queremos tenemos tendencia a obsesionarnos, sentirnos culpables y entrar en espirales de pensamientos negativos. Hay maneras de practicar el control mental para que no sea nuestra mente más 'masoca' la que nos domine".
5.      El que siembra recoge
Al final la venta es estadística. "Si se ha tenido un día muy duro hay que pensar que, en realidad, se está sembrando para cuando llegue el sí". De X visitas o llamadas, únicamente unas pocas se convierte en ventas. Por este motivo, es esencial tener presente que los noes forman parte del proceso natural de la venta.
6.      Es necesario, fuerte personalidad, ego desarrollado y creencia en uno mismo.

Fuerza mental, perseverancia, creer en el producto, creer que satisface las necesidades de tus clientes, pensar de forma correcta seleccionando mercados y/o clientes y preparar un plan de acción y llevarlo a cabo sin dudas y hasta el final.