Nunca podrás saber cuándo y dónde, pero
lo que sí puedes estar seguro es que algún día tendrás que hablar en público.
Éste es un momento muy difícil para muchas
personas. Y cómo no sufrirlo, si nunca nos enseñaron a hablar en público. Es
más, nunca nos imaginamos que esto en verdad podía llegar a suceder. Sin
embargo, en el mundo profesional esta es una clara opción.
Y ya sea en una reunión de negocios, en
una fiesta de la empresa, en una conferencia a la que fuiste invitado, etc.,
tendrás que hacerlo.
Cuando ya estás totalmente obligado a
hacerlo debes tener cuidado de no cometer estos errores que a continuación
enumeramos, para proteger tu imagen y tu reputación:
No adecuar el mensaje a tu público
Hay un dicho que dice: “Háblale a un
hombre de él y te escuchará durante horas”. Recuerda que aunque tu público
viene a escucharte, quiere al final llevarse algo para sí mismos; y aunque cada
cabeza es un mundo, es posible saber con antelación datos como campo laboral,
intereses, edades y expectativas.
El contacto visual falso
Hacer contacto visual con un grupo de
personas es… imposible. ¡No hay otra palabra…!Asi pues interactua, no seas una
estatua, no te quedes sentado, muévete se dinamico.
Tener muletillas gestuales
Quizá ya hayas desterrado de tu
vocabulario los malos hábitos como “Uhm…”, “Ehm…” y el fatal “Esteee…”, pero
debes hacer lo mismo con tus gestos. ¿Haces la misma vuelta con la mano
repetidas veces? entonces es necesario que te grabes en video para identificar
esos malos hábitos y erradicarlos.
No practicar previamente
No basta con haber terminado las
diapositivas y asegurarte que recuerdas el orden de tu presentación; hasta que
no la practiques no sabrás si dominas la presentación a la perfección; trata de
hacerlo enfrente de un familiar o amigo cuyo conocimiento del tema se asemeje
al de tu público final. ¡Esto es muy importante!
Malgastar la energía
No olvides descansar lo suficiente la
noche anterior a tu presentación y desayunar correctamente ese día. Te van a
ver a escuchar y a calibrar, prepárate para ello, es como una competición, NO,
ES UNA COMPETICION.
Exagerar con los datos
Si bien los datos en tus láminas ayudan
a representar mucho más eficazmente una o más realidades numéricas, no caigas
en la trampa de leer directamente de las diapositivas ni atiborrarlas de
contenido.Las diapositivas son un guion, sino para que hablas, si te limitas a
leer, la gente lee mas rápido que tu y pasaran de ti, además los aburriras,
habras hecho un buen trabajo de documentación para nada.
No inspirar
Recuerda que la misión de un verdadero
maestro no es simplemente enseñar, sino desarrollar el hambre de conocimientos
e impulsar a la acción; las letras por sí solas no tendrán este efecto… lo
harás tú, siempre y cuando te expreses con pasión.Alguien torpe, pero con
pasión que sabe de que habla trasmite, cuida el tono y la cadencia , si hace
falta , grita salta da golpes, etc no dejes indiferente
Ahorrarte las pausas
El hablar con las pausas correctas es lo
que en definitiva te hará ver como un experto; usa preguntas retóricas, énfasis
con silencios controlados y, por supuesto, el volumen de tu voz.
Restarle importancia a la introducción
No pretendas entrar en el tema “Sin
anestesia”, pues eso le restará mucho impacto a tu presentación, e incluso
podrías verte ansioso por terminar cuando ni siquiera has comenzado.
Cerrar con preguntas y respuestas
Por supuesto que el público tendrá dudas
e inquietudes luego de tu presentación (preocúpate si no es así), pero eso no
justifica que vayas a “matar” tu estupendo cierre con palabras parecidas a
“¿tienen alguna pregunta?”. Pídele al maestro de ceremonias con antelación que
llegado ese momento, lo haga por ti.
Recuerda tu posición
Estar en el estrado te da un “Aura “ de
sabiduría aprovechala
Evita comentarios absurdos
No digas voy a ser breve, ya que
entonces ya estas perdiendo el tiempo, ve a lo tuyo sin precipitación, pero sin
demoras